
El
sendero.
Desde mi
ventana miraba el sendero que llevaba a ninguna parte, e imaginaba que ese
camino me conduciría a lugares remotos, exóticos, inimaginables, lugares desde
los que yo procedo (creo) lugares que nunca he visto ¿ni los veré? Sé que
seguiré siempre mirando el sendero desde detrás de estos barrotes de “oro” y entreteniendo a los niños picando con cuidado
sus manitas.
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